Ngill chenmaywe

por Begoña Díez Sanz

Hoy me he despertado
en un mundo en el que las Ballenas quieren imitar a los
humanos

[las mayúsculas nunca osan ser aleatorias

La vida es siempre ruido
En la nieve nunca tienes un sólo nombre bajo el amparo del frío

[imaginemos un inuit bajo el sol de la Toscana

Y la luna, que ya no permite crear poemas

[dónde acariciará el Pierrot ahora a Debussy

París se ha vuelto inalcanzable en caravana
Roma ya no converge en las piedras, los autómatas están perdidos
Cristo resucita apátrida en la única selva virgen guardada entre las piernas de una joven muchacha

[las espinas ahora atraviesan el corazón-puesto-en-abismo

Suena un despertador
Suena otro despertador
Suena el canto de las sirenas
Las calles no están puestas
Las sábanas siguen muertas
El despertador que no suena
dios despierta en la boca de las Putas

[las minúsculas nunca osan ser aleatorias

Repito:
Hoy he despertado
en un mundo en el que las ballenas querían imitar a los
humanos

[que alguien me explique este arpón carcomiéndome las entrañas.

Begoña Díez Sanz (Universidade de Santiago de Compostela) es Licenciada en Filología Hispánica con un máster en Estudios Teóricos y Comparados de la Literatura y de la Cultura y otro en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera. Desde 2011 ha participado en diversos congresos internacionales relacionados con la literatura y la teoría literaria. Es autora de varios artículos sobre microrrelato y teatro breve, y del poemario Camarada: Eu só quería facer algo bonito, publicado por Follas Novas Edicións en 2014. | Camarada: Eu só quería facer algo bonito en Facebook

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